18 jul 2005

VIDA DE PERROS


En Tombuctú, Paul Auster registra la entrañable, ilusa y perpleja existencia de Mister Bones, un perro librado a su suerte en el mundo equívoco de los hombres.
Mister Bones es un perro, un ejemplar de canis familiaris. Como cualquier perro, tiene muy desarrollado el sentido del deber y sólo tiene fe en la carne. Como todo perro, es prácticamente ciego: los ojos le sirven para ayudarle a definir el contorno general de las cosas. El verdadero discernimiento, la auténtica "comprensión", viene del olfato. Pero Mister Bones también piensa, y allí es donde abandona el reino de los perros sin biografía para sumarse al de los perros que nos han legado su historia: Colmillo Blanco, de London; Cipión y Berganza, de Cervantes; Kashtanka, de Chéjov; Flush, de Virginia Woolf; Baushan, de Thomas Mann. Mister Bones comprende a la perfección el lenguaje de su amo, Willy Christmas, un vagabundo con veleidades de poeta que ha sobrevivido a su manera a las experiencias alucinógenas de los sesenta.
Existir es una aventura impredecible, una sucesión de desconfianzas y traiciones y maltratos y felicidades demasiado efímeras.
Mister Bones es una perfecta alegoría de la humanidad presa de sus propias limitaciones, solitaria y dominada por las leyes del caprichoso azar y, como tal, resulta uno de los personajes más entrañables de la ya larga lista de personajes inolvidables que han surgido de la extraordinaria prosa de Paul Auster. Tal vez se trate de una novela menor para tratarse de Auster, pero no por ello deja de ser una gran novela, un libro de lectura obligatoria y uno de los grandes clásicos de la literatura sobre perros.
Tombuctú es una fábula para niños en la que, como en cualquier fábula, los animales hablan, y que, como toda fábula, aspira a enseñar algo que es preciso aprender: es mejor vivir que durar. Que sirva de lección a los adultos.

TRANE

PEQUEÑO CUERPO DE LETRAS


1956 no es un buen año para Marguerite Duras: el delicado equilibrio en que convivían su esposo y su amante se rompe cuando este último la deja intespestivamente. El esposo, a su vez, incorpora otra mujer al departamento que comparten. A estos trastornos emocionales, la escritora debe sumarle la crianza de un hijo al que no comprende y con el que tiene sentimientos de amor-odio; acabará por enviarlo a un internado famoso por su severidad, sin terminar de saber si éste es un castigo para el niño o una búsqueda de libertad para la madre. Hace poco ha terminado el guión que Alain Resnais le ha encargado para su película sobre la bomba atómica en Hiroshima, pero ésta todavía no se filma, y, además, lleva meses sin publicar, pese a que escribe todo el tiempo.
Es entonces cuando Duras recurre al psicoanálisis. El cuerpo pequeño y de cuello corto ocupa un sillón y desgrana sus temores y sus pesares frente a otro que escucha atentamente. Las manos van de aquí para allá, explicando la propia vida. De tanto en tanto, descalzan los lentes que ya debe llevar, y soban los ojos cargados no de llanto, sino de esas lágrimas traidoras a su hieratismo que se acumulan en los repliegues de los párpados. Duras inquiere: ¿debe seguir? ¿Qué sentido tienen sus libros? ¿Para qué escribir?. El analista revuelve su biblioteca, busca los libros de la paciente y los lee. Lee cada una de las páginas. Lee cada una de las letras. Lee cada uno de los puntos, de las comas, de los espacios entre párrafos, de los blancos en las hojas. Y encuentra ese cuerpo pequeño y de cuello corto escrito en letras.
- No hace falta que vuelva -dice entonces el analista- la solución para usted es escribir.
Y Duras ya no vuelve a las sesiones en el sillón, a los ojos gastados por lágrimas, a las manos que explican. Duras escribe.

EL VIENTO EN LA ISLA







El viento es un caballo:
óyelo cómo corre
por el mar,por el cielo.

Quiere llevarme: escucha
cómo recorre el mundo
para llevarme lejos.

Escóndeme en tus brazos
por esta noche sola,
mientras la lluvia rompe
contra el mar y la tierra
su boca innumerable.

Escucha como el viento
me llama galopando
para llevarme lejos.

Con tu frente en mi frente,
con tu boca en mi boca,
atados nuestros cuerpo
sal amor que nos quema,
deja que el viento pase
sin que pueda llevarme.

Deja que el viento corra
coronado de espuma,
que me llame y me busque
galopando en la sombra,
mientras yo, sumergido
bajo tus grandes ojos,
por esta noche sola
descansaré, amor mío.

Pablo Neruda

QUERIDO VIEJO INDECENTE







"Me gustan los hombres desesperados, hombres con los dientes rotos y los destinos rotos. También me gustan las mujeres viles, las perras borrachas, con las medias caídas y arrugadas y las caras pringosas de maquillaje barato. Me gustan más los pervertidos que los santos. Me encuentro bien entre marginados porque soy un marginado. No me gustan las leyes, ni morales, religiones o reglas. No me gusta ser modelado por la sociedad"
Charles Bukowski

SPUN


Una vuelta de tuerca a "Trainspotting", más frenética, más desesperanzada, más decadente. Los personajes de "Spun" hacen gala del slogan supremo del punk, el famoso "no future". Durante tres días y de la mano de Ross, el director nos adentra en un universo tan deplorable como ridículo, utilizando un lenguaje que supera los límites del videoclip para internarnos en una especie de viaje frenético, con destino incierto, teñido de un humor ácido y con una deslumbrante banda sonora.

SUEÑO CON SERPIENTES


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